viernes, 16 de abril de 2010

el sol ha reclamado un hijo.

Al despertar una mañana fría,
Dibuje un pensamiento en el cielo,
El sol había reclamado un hijo.
Furioso de coraje y fulgor,
El sol había reclamado un hijo.

Por la tarde el cielo en llamas,
Me aportaba las precisas sensaciones,
El sol había reclamado un hijo,
El astro con furia infinita,
Había reclamado un hijo.

Entre la oscuridad divise una sonrisa,
Conocido era su silbido,
Más amarga era mi saliva inconsciente,
Y lleno de dudas mutiladas,
Me acerque al errante.

Era el, el que le gano a la muerte.
El que triunfo como un arcángel,
La batalla más feroz de todas,
La muerte.

Al oído me susurro despacio,
Hoy sonrío viejo amigo,
Porque el sol ha reclamado,
Y bajo su fulgor dorado,
Viviré eterno en vuestras mentes.

Así se despidió de mí,
Y de los que le rodeaban,
Monto un enorme corcel perfumado de madera en rosa,
Y se elevo tan alto,
Que cegó mis ojos.

Al despertar comprendí,
Que el sol había reclamado un hijo.



"Dedico estas palabras a Daniel Rojas".

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